sábado, 2 de mayo de 2015

San Marcos y Nuestra Señora de la Cabeza

Protectores de los labradores y ganaderos de Serón (Almería)

Con el reparto de tierras realizado en Serón hacia 1572, llegan  varios contingentes de labradores que conocedores de las penurias del campo, junto con las incertidumbres de la naturaleza, eligen a San Marcos como su “Señor” y protector de las cosechas. En pago a su protección, el gremio de los labradores decide construirle una ermita para celebrarle, en su día, una fiesta de misa y procesión. Para ello, reservan un bancal en el pago del Olivar, en las proximidades del camino real hacia Tíjola. Desde ese momento, el paraje se identifica con San Marcos y empieza así a ser referenciado: “…camino de San Marcos”, “calle pública que sale de la villa y va a San Marcos”, “cañada de San Marcos”…
San Marcos, protector de los labradores de Serón desde final del siglo XVI
San Marcos en su ermita

En 1606 ya se pensaba en hacerle la ermita pues en documentos testamentarios, aparecen donaciones para la obra del “Señor” San Marcos y para la celebración de su fiesta  en la ermita de la Virgen de los Remedios.  La construcción se prolongó, pese al esfuerzo del vecindario, pues en 1619 la cofradía de San Marcos continuaba recibiendo donaciones para la “obra”. Con la llegada a la vicaría de Serón del doctor Thomas Marín de Arriola, hecho que se produce hacia 1621-22, la construcción de la ermita toma un nuevo impulso y en 1626 ya estaba construida. Ello se deduce del documento[1] de venta ante el escribano público de Serón de fecha 20 de marzo, por el que  “Juan de la Eras compra un bancal de suerte que está en la huerta de esta villa debajo de la ermita del Señor San Marcos, con cinco nogueras y dos morales…”


La ermita de la Virgen de la Cabeza

Otro gremio importante a principios del siglo XVII fue el de los ganaderos, que en  1618 ya había constituido su  cofradía, la de la Virgen de la Cabeza. Su fundador fue Pedro Baillo, hijo de Pedro Baillo el viejo y yerno de Sebastián de  Bico.  Pedro Baillo el viejo, herrero de profesión, tenía una fragua (“fragua de Pedro Baillo”) situada “en la calle pública que sube de la plaza principal (plaza de Enmedio) a la ermita de los Remedios”. La fragua estaría en la actual calle Real, a la altura de los números 116-118 donde se inicia la cuesta que desde final del XVII empezó a conocerse como “cuesta Baillo”.

Ermita de la Virgen de la Cabeza, construida por los ganaderos de Serón hacia 1625

La ermita de Nuestra Señora de la Cabeza tuvo que construirse hacia 1625. Así se deduce de la Fundación de Memoria[2] que realiza Francisco Ramospor devoción a la Virgen de la Cabeza, ante el escribano público de Serón el dos de febrero de 1626, estando presente  el vicario de Serón, Thomas Marín de Arriola. En ella se indica que:
Por la devoción que los vecinos de Serón han tenido y tienen, principalmente los ganaderos, a Nuestra Señora de la Cabeza, le han fundado su cofradía y edificado los dichos ganaderos una ermita en el pinar del Chanco donde se ha de traer y poner la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza.”
Más adelante, se dice: “Estoy haciendo vida de ermitaño en la dicha ermita y para que haya más devoción y se celebre su fiesta en cada año que es el último domingo de abril, fundo la memoria con la condición de hacer una procesión alrededor de la ermita llevando a la imagen de Nuestra Señora en ella y decir una misa cantada en la ermita con sus vestuarios de diáconos”.

La Memoria impone también que el mayordomo de la cofradía y ermita ha de ser ganadero, por ser ellos los fundadores. Para constituir la Memoria y pagar la celebración de la fiesta a los beneficiados de Serón, Francisco Ramos entregó 42 ducados a Pedro López Serrano, mayordomo de la cofradía de la Virgen de la Cabeza.

En la construcción de la ermita intervino Pedro González, maestro de albañilería y Domingo de Campos, carpintero y cofrade de la Virgen d la Cabeza. Esto se deduce de la lectura del testamento  de Pedro López Serrano, realizado en el año 1629.
“Debo a Pedro González por la obra de la ermita un ducado al día, se pague de la limosna. De la cofradía se pague a Domingo de Campos, carpintero, para que acabe la obra conforme a contrato”.

Era tal la devoción a la Virgen de la Cabeza que el 28 de abril de 1630 se celebró un asiento[3] de las cofradías de la ermita de la Virgen de la Cabeza con Bacares y Bayarque y capitularon en relación a su fiesta y sobre sacar la imagen y recorrido por Serón, Bacares y Bayarque.


[1] AHPAL, Pr. 4140, f. 137.
[2] AHPAL, Pr. 4140, fs. 49.
[3] AHPAL, Pr. 4144, fs. 137-138.



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