San Marcos y Nuestra
Señora de la Cabeza
Protectores de los labradores y ganaderos de Serón (Almería)
Con
el reparto de tierras realizado en Serón hacia 1572, llegan varios contingentes de labradores que
conocedores de las penurias del campo, junto con las incertidumbres de la
naturaleza, eligen a San Marcos como su “Señor” y
protector de las cosechas. En pago a su protección, el gremio de los labradores decide construirle una ermita
para celebrarle, en su día, una fiesta de misa y procesión. Para ello, reservan
un bancal en el pago del Olivar, en las proximidades del camino real hacia Tíjola.
Desde ese momento, el paraje se identifica con San Marcos y empieza así a ser
referenciado: “…camino de San Marcos”,
“calle pública que sale de la villa y va
a San Marcos”, “cañada de San Marcos”…
San Marcos, protector de los labradores de Serón desde final del siglo XVI |
San Marcos en su ermita |
En
1606 ya se pensaba en hacerle la ermita pues en documentos testamentarios,
aparecen donaciones para la obra del “Señor” San Marcos y para la celebración
de su fiesta en la ermita de la Virgen
de los Remedios. La construcción se
prolongó, pese al esfuerzo del vecindario, pues en 1619 la cofradía de San Marcos continuaba recibiendo donaciones para la “obra”.
Con la llegada a la
vicaría de Serón del doctor Thomas Marín de Arriola, hecho que se produce hacia
1621-22, la construcción de la ermita toma un nuevo impulso y en 1626 ya estaba construida. Ello se
deduce del documento[1]
de venta ante el escribano público de Serón de fecha 20 de marzo, por el que “Juan
de la Eras compra un bancal de suerte que está en la huerta de esta villa
debajo de la ermita del Señor San Marcos, con cinco nogueras y dos morales…”
La ermita de la Virgen de la
Cabeza
Otro gremio importante a
principios del siglo XVII fue el de los ganaderos,
que en 1618 ya había constituido su cofradía,
la de la Virgen de la Cabeza. Su fundador fue Pedro Baillo, hijo de Pedro Baillo el viejo y yerno de Sebastián de Bico. Pedro Baillo el viejo, herrero de profesión,
tenía una fragua (“fragua de Pedro Baillo”)
situada “en la calle pública que sube de la
plaza principal (plaza de Enmedio) a la ermita de los Remedios”. La fragua
estaría en la actual calle Real, a la altura de los números 116-118
donde se inicia la
cuesta que desde final del XVII empezó a conocerse como “cuesta Baillo”.
Ermita de la Virgen de la Cabeza, construida por los ganaderos de
Serón hacia 1625
|
La ermita de Nuestra Señora de
la Cabeza tuvo que construirse hacia 1625.
Así se deduce de la Fundación de Memoria[2] que realiza Francisco Ramos, por devoción a la Virgen de la Cabeza, ante el
escribano público de Serón el dos de febrero de 1626, estando presente el vicario de Serón, Thomas Marín de Arriola.
En ella se indica que:
“Por la devoción que los vecinos de Serón han tenido y tienen,
principalmente los ganaderos, a Nuestra Señora de la Cabeza, le han fundado su
cofradía y edificado los dichos ganaderos una ermita en el pinar del Chanco
donde se ha de traer y poner la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza.”
Más adelante, se dice: “Estoy haciendo vida de ermitaño en la
dicha ermita y para que haya más devoción y se celebre su fiesta en cada año
que es el último domingo de abril, fundo la memoria con la condición de hacer
una procesión alrededor de la ermita llevando a la imagen de Nuestra Señora en
ella y decir una misa cantada en la ermita con sus vestuarios de diáconos”.
La Memoria impone también que el
mayordomo de la cofradía y ermita ha de ser ganadero, por ser ellos los
fundadores. Para constituir la Memoria y pagar la celebración de la fiesta a
los beneficiados de Serón, Francisco
Ramos entregó 42 ducados a Pedro López Serrano, mayordomo de la cofradía de
la Virgen de la Cabeza.
En la construcción de la ermita
intervino Pedro González, maestro de
albañilería y Domingo de Campos,
carpintero y cofrade de la Virgen d la Cabeza. Esto se deduce de la lectura del
testamento de Pedro López Serrano,
realizado en el año 1629.
“Debo a Pedro González por la obra de la ermita un ducado al día,
se pague de la limosna. De la cofradía se pague a Domingo de Campos,
carpintero, para que acabe la obra conforme a contrato”.
Era tal la devoción a la Virgen
de la Cabeza que el 28 de abril de 1630 se celebró un asiento[3]
de las cofradías de la ermita de la Virgen de la Cabeza con Bacares y Bayarque
y capitularon en relación a su fiesta y sobre sacar la imagen y recorrido por
Serón, Bacares y Bayarque.
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