viernes, 2 de mayo de 2014

Las distintas cárceles en Almería (1870-1986)

Datos sobre sus ubicaciones, solares y procesos de construcción


En la segunda mitad del siglo XIX, la provincia de Almería contaba con nueve cárceles de Partido (Judicial) instaladas en Almería, Berja, Canjayar, Cuevas de Vera, Gérgal, Huércal-Overa, Purchena, Velez-Rubio y Vera.  Las de Berja y Huércal-Overa actuaban, además, de correccionales. En este trabajo intento recoger parte de la historia de Almería a través de sus cárceles. Se describen las distintas ubicaciones en Almería capital, así como todo el proceso de búsqueda de solares  y  dificultades para su construcción. Destacar la lucha desarrollada por la sociedad almeriense para llevar a cabo estos proyectos, incluyendo no sólo a las distintas administraciones y obispado sino también a los distintos medios de comunicación.

La cárcel de Partido en la calle Real (1870-1925)


En 1870  la población reclusa de la cárcel de Almería  estaba albergada en una vieja casona, propiedad del Ayuntamiento, sita en la calle Real, a la altura de la calle Gerona, actual número 84. En 1880, la prensa de la época ya hablaba de las malas condiciones higiénicas del local, de su falta de capacidad, de las pésimas condiciones de seguridad y del estado ruinoso de la finca.  En el artículo titulado “La cárcel”, el periodista escribe[1]:

Urge que el proyecto que existe para la construcción de una nueva cárcel, se traiga a la vista, y se arbitren las medidas para que, lo más pronto posible, se construya aquella y desaparezca del centro de la población esa verruga que hoy la afea, y del cual no salen los presos porque no lo tienen por conveniente, pues cuando alguno de ellos ha querido espaciar el ánimo, ha salido a la calle y hasta se ha presentado a los cafés y en el baile del San Pedro”.


En mayo de 1890, el alarmante estado de la cárcel es tratado en un Pleno del Ayuntamiento donde se analiza el informe emitido por una Comisión nombrada al efecto y constituida por D. Plácido Langle Moya, teniente de Alcalde; D. Sixto Espinosa Peralta, concejal y D. Fernando Almansa Laynez como Síndico, calificando el edificio en estado de ruina y aconsejando otra ubicación para la cárcel. Los miembros de la Comisión comentan:

 “...se han realizado gestiones para encontrar otro local más seguro pero, desgraciadamente, no se ha encontrado ninguno que reúna las condiciones indispensables. El que reúne mejores condiciones es el “Ingenio de Montserrat”[3], pero los dueños piden la cantidad de cuarenta mil duros.”  

En junio del mismo año, el Ayuntamiento eleva escrito[4] al Director General de Establecimientos Penales para que por Real Orden se nombre una Junta especial que se encargue de dirigir y organizar los trabajos para la construcción de la nueva cárcel.  Mientras se crea o no la Junta solicitada, la Dirección General autoriza[5] el traslado de los presos a otro local, encomendando al Ayuntamiento y a la Diputación las gestiones para adquirir o proporcionar, en arrendamiento, un edificio.

A final de diciembre se trasladan los presos a una nueva casa-cárcel[6], retirándose a su Cuartel la fuerza militar que, en los últimos meses,  prestaba servicios de retén en el viejo edificio.  Esta casa particular, también en la calle Real y cerca de la anterior, pronto se convertiría también en un lugar  que no reuniría las condiciones mínimas de salubridad, higiene y seguridad personal.

Las características de este nuevo local con indicación del número de dependencias, plantilla y sueldos  del personal  aparecen  en el  informe titulado “Las cárceles de España[7], publicado en 1893:
 
El edificio hállese situado en una de las mejores calles de la capital, encontrándose en pésimas condiciones de seguridad.  Consta de tres departamentos, dos de ellos en la planta baja para hombres, y uno en la alta para mujeres, siendo sus dimensiones de diez por cuatro metros. Tiene dos calabozos y un patio para los presos. Como dependencias tiene un despacho, sala de Audiencia, sala de enfermería, habitación para comunicar los procesados con sus abogados y otras varias. Sólo existe una alcoba para el Jefe y dos habitaciones que utilizan los empleados en las noches de servicio. El alumbrado es de aceite común para los departamentos y de petróleo para las dependencias.  La plantilla está formada por el Jefe, dos Vigilantes, un Médico, un Capellán y un Practicante con sueldos anuales de  1750, 831, 1500, 1500 y 231 pesetas, respectivamente.”

Mientras tanto, la antigua cárcel termina de ser derribada en agosto de 1891, dejando un solar de 630 m2. El derribo lo realiza D. Francisco Fuentes Navarro, ganando la subasta  por la cantidad de 240 pesetas. Finalmente, en junio de 1905, el solar de la vieja cárcel de la calle Real  es enajenado por el Ayuntamiento, en subasta pública,  siendo adjudicado a D. Luís Gay.

En Septiembre de 1920,  ante la situación insostenible en la casa-cárcel preventiva de la calle Real, ésta es declarada en estado ruinoso por el Ayuntamiento, produciéndose una reubicación de los presos  en las cárceles de Berja y Huércal-Overa[8].

La cárcel Provincial en “Gachas Colorás” (1925-1943)


La primera cárcel construida  en Almería con carácter Provincial fue la situada en el paraje de “Gachas Colorás”, lugar  donde se ubica actualmente el  Centro Municipal de Acogida “Nueva Andalucía”.  Inaugurada en junio de 1925, se tardó  más de trece años en construirse y al final sólo se llevó a cabo  la tercera parte de lo proyectado.  Por tanto, fue una cárcel de muy pequeña capacidad.  Después de los primeros meses de la guerra civil y una vez habilitada la cárcel del Ingenio,  quedó como cárcel de mujeres, siendo conocida, desde entonces, como la cárcel de mujeres de Gachas Colorás.

Con motivo de las fuertes inundaciones que sufre Almería el 11 de septiembre de 1891, visita la ciudad el Ministro de la Gobernación D. Francisco Silvela, quién además de comprobar in situ los destrozos y carencias de Almería, giró visita al Hospital y al edificio destinado a cárcel de Partido.
Las insistente petición por parte de las instituciones locales de Almería, en relación a la creación de una Junta especial para la construcción de una nueva cárcel, fue atendida por el Sr. Silvela, consiguiendo que  se creara, por Real Decreto de 22 de octubre de 1891[9], una Junta que se denominará de Inspección, Vigilancia y Administración de las obras de la nueva cárcel. Estaba compuesta por el Obispo de la Diócesis, actuando de Presidente, el Gobernador Civil, como Vicepresidente y además, el Presidente y Fiscal de la Audiencia, el Presidente de la Diputación, el Alcalde, el Juez de 1ª Instancia, un Senador, un Diputado a Cortes por la provincia, un Diputado provincial, un Concejal, el Decano del Colegio de Abogados, un Arquitecto y un Médico Forense.

La Junta no empezó  a funcionar hasta mayo de 1894, fecha en la que se aprueba el Reglamento de la Junta de Cárceles.  En la primera reunión se encarga al arquitecto municipal, D. Trinidad Cuartara, una Memoria sobre la nueva cárcel de Almería. Esta Memoria[10] se presenta el 31 de julio de 1894, dejando claro el Sr. Cuartara que el proyecto contempla el desarrollo de una  cárcel para Almería con el triple objetivo de ser cárcel Provincial,  de Partido y Depósito Municipal (prevención).
En ella se indica que  para la elección del solar hay que tener en cuenta  una buena orientación, la facilidad para dotar de agua el establecimiento y la facilidad para la evacuación de todas sus deyecciones. El Sr. Cuartara indica distintas zonas donde existen  terrenos. Uno de ellos es en los alrededores de la fábrica de fundición “La Maquinista”. Para una cárcel con capacidad de 320 penados,  el solar debería ser de 32.000 m2 y el importe de la construcción (incluido solar) ascendería a setecientas mil pesetas.


       Actual Centro Municipal de Acogida “Nueva Andalucía”, terrenos donde estuvo la cárcel de Gachas Colorás

A la vista de la Memoria, la Junta decide que el costo de la nueva cárcel no debe exceder de trescientas mil pesetas  y debe construirse sobre un solar de 10.000 m2. Esto suponía adaptar los planos presentados por el Sr. Cuartara.

En 1901, D. Gabriel Pradal Gómez presenta una Memoria[11] sobre planes urbanísticos que necesita Almería. Esta memoria es premiada por el Ayuntamiento, Cámara de Comercio y Círculo Mercantil. Contempla la construcción de una cárcel celular, adaptada a los requerimientos de la Junta por un presupuesto total de 324.119 pesetas.


Gabriel Pradal  y  Trinidad Cuartara

En el BOPA del 11 de noviembre de 1904 aparece una convocatoria, que realiza la Junta,  para la adquisición de terrenos.  En ella se especifica que el solar debe tener cien metros de longitud o fachada y ciento diez de fondo, o sea, una superficie de 11.000 m2.  

Para encontrar esas medidas había que alejarse de la ciudad, buscando, además, un lugar con agua o por lo menos, donde fuese asequible llevarla.  Un buen lugar sería en la Vega existente entre la barriada de Los Molinos (de Viento), el  Diezmo, Peñicas de Clemente y el ferrocarril, pues aquí existía un  antiguo pilar de agua, denominado Pilar del Diezmo y un lavadero público.  

A final de 1906 sale a subasta pública el solar, en la calle Javier Sanz, del edificio denominado “Almacenes Mac-Murray[12],  solar que pertenecía a la “Comisaría Regía de Consuegra y Almería”. Como las distintas subastas para conseguir un solar habían quedado desiertas, la Junta pide al Estado la cesión del solar, argumentando  que llevar a cabo el proyecto de cárcel a un lugar alejado de la ciudad era una utopía.  Sin embargo, si se adapta el proyecto  a las proporciones del solar Mac-Murray, ésta podría ser en breve, la nueva cárcel de Almería[13]. Entre los motivos que la Junta argumenta  para rechazar la zona de la vega figuran  lo costoso del proyecto, la distancia  a  la población que obligaría al establecimiento de coche celular y guardias, la falta de agua  para el funcionamiento de la prisión (en estos momentos la canalización era costosa) y los graves peligros a la salud pública  que podría acarrear  la apertura de los pozos negros en una  zona de huertas.  Hay que decir que se consigue detener la subasta pero al final la Junta no consigue el terreno.

Junto a la presión de la prensa local que continua  exigiendo la salida de los presos de la cárcel de la calle Real, se une la Memoria que presenta el 21 de enero de 1908,  don Lorenzo del Fresno,  Presidente de la Audiencia,  sobre las cárceles en Almería correspondiente al año 1907[14].

En ella indica que “la cárcel de Almería constituye una vergüenza para la ciudad y una constante preocupación y un permanente remordimiento en las autoridades que luchan contra la Naturaleza y contra lo imposible. Hay un proyecto de cárcel cuyo presupuesto es de 325.119 pesetas, una Junta encargada de llevarla a cabo pero el Estado no ha subvencionado nada. El proyecto es una ilusión”.

El Cardenal  Casanova Marzol y el General Gómez-Pallete


La vacante por la muerte del Obispo de Almería,  D. Santos Zárate Martínez, es cubierta por el Prelado D. Vicente Casanova y Marzol[15], llegando a Almería el 4 de abril de 1908.  Desde su toma de posesión defendió los intereses de Almería y, en particular, se interesó  por las condiciones inhumanas de la vieja cárcel. Como nuevo  Presidente de la Junta, supo imprimir a ésta gran actividad en la búsqueda de terrenos definitivos para la rápida construcción de la nueva cárcel.

Así, el 13 de abril de 1908, don Vicente Casanova y Marzol  traslada al Ministro de Gracia y Justicia el acuerdo de la Junta por la que se solicita la autorización del Ministerio para reducir a 10.000 m2 los 11.000 m2 que se juzgaban necesarios para el enclavamiento de la nueva cárcel, indicando que después de varios concursos el solar ofrecido por D. Ramón Fernández Viruega, médico forense y miembro de la Junta, es el único de los propuestos que reúne las condiciones.


Prelado Vicente Casanova y Marzol, Obispo de Almería

Este señor ofrece el solar a razón de 2.50 pesetas el m2.  La contestación por parte del Ministerio no se hace esperar, llegando la autorización el 20 de abril.

Cuando parecía que la Junta tenía “un solar”, entra en juego el  General de División,  D. José Gómez- Pallete[16], propietario de grandes extensiones de terreno colindantes con los del médico forense, Sr. Fernández,  y ofreciendo terrenos a un muy buen precio.  Es en la reunión de la Junta de 11 de mayo de 1908, donde el Secretario comunica  que el Sr. Gómez Pallete ofrece los  11.000 m2 a 11.000 pesetas, es decir a 1 peseta el m2 en vez de las 2.50  pedidas por el Sr. Fernández.
Esto crea  discrepancias en la Junta, unos defendiendo los acuerdos adoptados y ratificados por el Ministerio sobre la adquisición del solar del Sr. Fernández Viruega y otros, aprovechando que no se habían escriturado los terrenos, decantándose  por los intereses generales de la ciudad y, en este sentido,  aceptando la mejor oferta del Sr. Gómez Pallete.

Un año después, el tema del solar seguía sin resolverse, pues otras personas seguían ofreciendo terrenos que mejoraban las condiciones del Sr. Gómez Pallete.  Así aparece en el acta de la reunión de la Junta celebrada el 20 de mayo de 1909, donde se da cuenta de un escrito firmado por  D. Francisco González y D. Andrés Millé, ofreciendo una extensión de terreno de 11.000 m2  al precio de 75 céntimos el m2,  ubicado a espaldas del “fielato[17] de la Vega, en las inmediaciones del Manicomio de "San José" (actualmente, IES "Albaida").


Tratado sobre “trigonometría esférica” elaborado por el General Gómez-Pallete para las  academias de Artillería e Ingenieros. Foto del General en 1900

Finalmente, el tema del solar se resuelve a favor del General D. José Gómez-Pallete en la reunión del 16 de junio de 1909. La escritura de compra de los terrenos se otorga el 9 de enero de 1910 ante el notario de Madrid, D. Genaro Martín Cruz.  Firman D. Rómulo Villahermosa, Presidente de la Audiencia, en representación de la Junta y D. Felipe Gómez-Pallete Cárcel, en representación de su padre.  El terreno está enclavado en el sitio denominado “Peñicas de Clemente”, paraje Acequia Roa, cerca de la antigua ermita de Montserrat del siglo XVII.
Ante la negativa del arquitecto municipal Sr. Cuartara, alegando mucho trabajo y pocos empleados,  será el Arquitecto provincial  D. Enrique López Rull quien elabore el proyecto y pliego de condiciones para la construcción del edificio, dividido en tres secciones; la primera presupuestada en 114.884 pesetas, la segunda en 174.128 y la tercera en 164.220.
La adjudicación de las obras se realiza el 19 de febrero de 1912 a favor de D. Cristóbal Amate Alías, otorgándole escritura. 

Colocación de la Primera Piedra  


La ceremonia  de bendición y colocación de la primera piedra de la nueva cárcel se llevó  a cabo la tarde del  9 de abril de 1912.  La prensa del día siguiente recoge, con todo detalle, tan emotivo y esperado momento[18].

A las 5 de la tarde la marcha de Infantes ejecutada por la banda municipal, anuncia la presencia  del  Sr. Obispo don Vicente Casanova y Marzol  en el solar destinado a la nueva cárcel, cerca de la ermita de Montserrat, en el paraje denominado Peñicas de Clemente. El Sr. Obispo procedió a bendecir la piedra que ostentaba una cruz labrada en cada una de sus superficies…”

“El acta que hace referencia a la ceremonia está escrita en un pergamino, siendo firmada por el obispo; gobernador civil, don Ricardo Pérez Gironés; presidente de la Audiencia, don Rómulo Villahermosa;  fiscal, Sr. Castro; vicepresidente de la Diputación, Sr. Trujillo; arquitecto de las obras, Sr. López Rull; médico forense, don Ramón  Fernández Viruega; alcalde, don Braulio Moreno Gallego;…..”

El pergamino junto con varias monedas de plata y cobre se encerró en un tubo de plomo que habría de incrustarse en la piedra. Esta ha quedado colocada bajo la jamba derecha de la puerta que dará entrada por el rastrillo al departamento de presos en comunidad”.

El largo camino hasta su puesta en marcha (1912-1925)


Las obras habían comenzado pero pronto se vería que el proceso de construcción iba a ser largo. A los pocos meses de la colocación de la primera piedra, la falta de recursos de la Junta se pone de manifiesto. Es en la reunión que la  Junta celebra el 1 de junio de 1912,  presidida por el Gobernador civil, Sr.  Pérez Gironés, por ausencia del Obispo Casanova, donde se  da cuenta que durante el mes de mayo se gastaron, en la cárcel,  4.045.74 pesetas que fueron abonadas por la  existencia de 6.055 pesetas en la cuenta del Banco de España.  
A principios de 1917 la parte del edificio que hay construido está a falta de la techumbre que es costosísima por la carestía, en ese momento, de los hierros.
A final de mayo de 1917 se habían invertido alrededor de 20.000 pesetas sobre la contrata de la primera sección que era de 114.884 pesetas y quedaban disponibles 6.000, aproximadamente.
A esta lucha de querer y no poder, se suma la queja de los vecinos de las barriadas de Los Molinos de Viento y Diezmo que ven como se van a llevar, para la nueva cárcel y matadero, el agua del Pilar del Diezmo.

A final de 1920, el contratista de obras era D.  Manuel  Vicente Moreno.  Después de darle un ultimátum para terminar sus trabajos, la Junta le rescinde el contrato en julio de 1921.

Para la terminación de las obras se realiza una nueva subasta que es adjudicada en febrero de 1924.

“El 1 de febrero de 1924 se verifica subasta en Madrid para la habilitación de la cárcel de Almería. Presentaron pliegos D. Manuel Vicente Moreno  y D. Eduardo López Redondo, siendo adjudicada a éste último[19].”

Recepción de obras y traslado de presos


En la mañana del 30 de enero de 1925 llegan, procedentes de Madrid, el jefe de negociado de obras de la Dirección de Prisiones, don José Picazo, en representación del Inspector General,  D. Fernando Cadarso Manzano, y los arquitectos D. Vicente Agustí Viguero y D. Juan  Álvarez Mendoza.  Estos señores, en unión del contratista de las obras, D. Eduardo López Redondo y el jefe de la Prisión, D. Manuel Blanco, se trasladan a la nueva cárcel y después de reconocidos los trabajos ejecutados  se procedió a la firma del acta de recepción definitiva de la nueva Prisión Provincial de Almería[20].
La Crónica Meridional, en su artículo “La nueva cárcel[21],  se felicita por la recepción definitiva de las obras pero se lamenta de que después de 13 años, desde la colocación de la primera piedra, la nueva cárcel no llene el ideal que se persiguió por la Junta en un principio.

Aun cuando la Cárcel esté en disposición de que sean alojados los presos, no se debe desistir de ampliar las obras ejecutadas, que dejan sin terminar el proyecto que dio margen a esta edificación, y que por falta material de dinero se ha reducido en más de la mitad… Además del piso bajo edificado hoy, existía un principal y además en el solar delantero se ponían otras edificaciones.”

La orden de la Dirección General de Prisiones autorizando el traslado de la población reclusa a la nueva cárcel es recibida los primeros días de junio por el Jefe de la Prisión, D. Manuel Blanco.


En la madrugada del 17 de junio de 1925, custodiados por la Guardia Civil, se ha producido el traslado de presos a la nueva, construida en las afueras de la población [22].


Intento de construir una nueva cárcel  (1931-1936)


La no acabada cárcel de Gachas Colorás iba a tener un corto recorrido de actividad. Uno de los objetivos del Ayuntamiento republicano de Almería fue el de construir una cárcel provincial adecuada para la ciudad. En noviembre de 1934, el arquitecto de la Dirección general de Prisiones y el alcalde, Sr. Alemán Illán, visitan una terreno cerca del Manicomio y otro en las proximidades de El Zapillo. Esta última ubicación es duramente contestada por los vecinos de la barriada a través de la Sociedad "Sol".  Se pide que no se construya en las proximidades del mar por lo negativo para el desarrollo turístico de la zona [23]. Durante el año 1935 se hacen gestiones sobre otros solares. Este asunto queda paralizado después de las elecciones de febrero de 1936.

La cárcel de Gachas Colorás fue utilizada para albergar a detenidos en las primeras semanas de la guerra civil. Debido a su pequeña capacidad pronto sobrevino el hacinamiento y se tuvieron que arbitrar otros edificios para prisión. El 14 de agosto, además de la cárcel de Gachas Colorás, existían en Almería otras tres; las instaladas en los buques "Capitán Segarra" y "Astoy-Mendi", junto con el convento de las Adoratrices. Avanzado el año 1937, la cárcel provincial quedó exclusivamente para mujeres, llevando a los hombres a otros lugares. Como cárcel de mujeres permaneció hasta final de 1943, momento en el que se habilita la nueva cárcel provincial de la Carretera de Níjar (enfrente del actual Seminario Diocesano), quedando la vieja cárcel provincial para presos enfermos de tracoma.  En 1957, la cárcel de Gachas Colorás se rehabilita y se convierte en Hogar Municipal de Clasificación de Menores.


La Cárcel Provincial en la carretera de Níjar (1943-1986)

A partir de 1940, el  Ayuntamiento  se plantea la compra de distintos terrenos para poder cederlos al Estado y así construir  distintos edificios. Uno de ellos fue el solar para edificio del Gobierno Civil[24] y otro para la construcción de la tan necesaria cárcel provincial.  El solar para cárcel fue comprado a D. Manuel Asensio Cruz  ofreciéndole 5 pesetas por m2.  El terreno formaba parte de la finca denominada “Huerta Alta”, en el pago del Perú y  junto a la carretera de Níjar.  Los términos de su compra aparecen en el pleno de 24 de agosto de 1940[25], siendo otorgada escritura en Almería, ante el notario D. José María Reyes.  Los terrenos corresponden al solar que hoy ocupa el nuevo edificio de la Jefatura  de la Policía Municipal. En 1952, enfrente de la cárcel, se construiría el actual  Seminario Diocesano[26].
 A final de 1940 ya se estaba construyendo la cárcel con un presupuesto de dos millones y medio de pesetas (quince mil euros). En enero de 1941, el periódico “Yugo” se hacía eco del progreso en las obras, donde trabajaban cerca de 700 obreros.

Nos es grato resaltar el gran número de personas que han encontrado ocupación. Los turnos, uno de día y otro de noche, absorben 400 obreros el primero y 100 el segundo. A parte de estos, trabajan 130 canteros y picapedreros sin contar los 30 o 40 que se emplean en el transporte del material”.


Trabajos en la construcción de la cárcel de la Carretera de Níjar,  enero de 1941

Construida la nueva cárcel a principios  de 1943,  el Ayuntamiento se sorprende al tener conocimiento de que, por parte de la Dirección General de Prisiones, existe el proyecto de destinarla para internar a los refugiados extranjeros, dejando, de momento,  la cárcel del Ingenio para el resto de presos. En este sentido, en la sesión del Pleno de  dos de junio de 1943, la Corporación aprueba elevar instancia  al Ministro de Justicia, al Director General de Prisiones y al Ministro de Industria, argumentando[27]:

“…Que si esto se lleva a la práctica, se desvirtúa por completo el fin del Excmo. Ayuntamiento al ceder al Estado el solar de la cárcel nueva, puesto que lo hizo con miras a que quedase libre el Ingenio (actual cárcel) para que en él se pudiese instalar la nueva industria de ácido sulfúrico y superfosfatos que tanto aliviaría el paro obrero en la ciudad y que de esta forma se impide un desarrollo industrial”.

La contestación del Sr. Director General de Prisiones se recibe el 28 de junio, indicando que[28]:

No es posible acceder a su petición pues por encima del interés local de esa capital se encuentra el interés internacional de España de que los extranjeros sean bien instalados y no puedan, con fundamento, continuar escribiendo en desprestigio de nuestra querida Patria. En cuanto a que se deje libre la Fábrica que hoy se dedica a Prisión puedo asegurarle que se estudia el medio de llevarlo a efecto y en plazo breve será evacuada totalmente.”

Hacía final de 1943 se evacua el Ingenio y la empresa “Productos Químicos Ibéricos S. A.” pone en marcha su fábrica durante 1944, siendo su  Director, D. Manuel López Echevarría.

Frente a la cárcel se construiría el Campo de Deportes “MotoAznar”, inaugurándose el domingo 4 de noviembre de 1945 con el partido de fútbol entre el  C.D. MotoAznar (Almería) y el Atlético Aviación (Granada)[29].

  


La antigua cárcel de la carretera de Níjar utilizada como escenario de una película

La cárcel provincial de la carretera de Níjar termina su andadura el 15 de julio de 1986, día en el que se realiza la operación de traslado de la población reclusa  a la actual cárcel de alta seguridad El Acebuche.

Florencio Castaño Iglesias



[1] La Crónica Meridional, 14/05/1880.
[2] Archivo Municipal Almería (AMA), Acta Pleno Ayuntamiento, 19/05/1890.
[3] Este local se inaugura en 1885 como fábrica de azúcar con el nombre “Nuestra Señora de Montserrat”.
[4] AMA, Acta Pleno Ayuntamiento, 30/06/1890.
[5] AMA, Acta Pleno Ayuntamiento, 15/09/1890.
[6] En  enero de 1930, D. Miguel Tijeras Román eleva escrito al Gobernador Civil sobre cobro de una cantidad que se le adeuda por los alquileres de la casa en dónde estuvo la cárcel en la calle Real.
[7] Las Cárceles de España (1893) por Narciso Guillén Andreu y Arturo López Camio.
[8] ABC (Madrid), 24/09/1920.
[9] BOPA, 29/10/1891.
[10] La Crónica Meridional, 19/08/1894.
[11] El Radical, 10/02/1906.
[12] Antiguo almacén de esparto. En este solar se edificaría, años más tarde, la Escuela de Artes y Oficios, actual IES Celia Viñas.
[13] El Radical,  18/01/1907.
[14] La Independencia, 23/01/1908.
[15] Después de 13 años como Obispo de Almería, marcha a Granada en 1921. Años más tarde sería nombrado  Cardenal y en 1925, Arzobispo de Granada. Fallece el 23 de octubre de 1930 en Zaragoza, siendo enterrado en Granada (La Independencia, 24/10/1930).
[16] El General de División José Gómez Pallete era, en esa época, Comandante general de Ingenieros de la 1ª Región. En febrero de 1911 es nombrado Gobernador Militar de Menorca hasta su pase a la Reserva, en 1913.
[17] Nombre popular que recibían las casetas de cobro de los arbitrios y tasas municipales sobre el tráfico de mercancías que entraban en las ciudades.
[18] La Independencia, 10/04/1912.
[19] La Independencia, 08/02/1924.
[20] La Independencia, 31/01/1925.
[21] La Crónica Meridional, 31/01/1925.
[22] El Siglo Futuro: 17/06/1925.
[23] La Crónica Meridional, 21/11/1934.
[24] El terreno, propiedad de  Dª Carmen González Egea y D. Alfredo Esteller Rodríguez, estaba situado entre las calles Arapiles, Gerona y la que entonces se proyectaba con el nombre de López Falcón. Tenía  una extensión de 10.281 m2 y se compra a 85 pesetas el m2 (Yugo, 13/03/1942).
[25]  AMA, Acta Pleno Ayuntamiento, 24/08/1940; BOPA, 04/09/1943.
[26] De esta forma, la Iglesia estaba cerca del sufrimiento de presos, enfermos (hospital Bola Azul) y enfermos mentales (Manicomio).
[27]  AMA, Acta Pleno Ayuntamiento, 02/06/1943 (pág. 41).
[28]  AMA, Acta Pleno Ayuntamiento, 30/06/1943 (pág. 73).
[29] Yugo, 26/09/1944.



2 comentarios:

  1. Buen trabajo. Gracias por el trabajo y esfuerzo

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  2. Hola buenos días. ¿Podría conseguir yo más información sobre el Dr. Fernandez Viruega del que habla?. Supongo que una foto será imposible. También hizo la autopsia al niño Bernando en el crimen de Gádor de 1910.
    Muchas gracias

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