jueves, 7 de febrero de 2013

Inscripción del siglo XVII  en el Cementerio de Serón (Almería)

Durante el siglo XVII, el fervor religioso  en las distintas vicarias de la provincia de Almería,  llevó a levantar numerosas iglesias y erigir cruces en las cercanías de las ermitas o a la entrada de los pueblos para que el viajero se encomendara al titular y así ser librado de los múltiples peligros de los caminos. Estas cruces eran encargadas bien por personajes de destacada notoriedad, bien por cofradías o por el Vicario del Partido, siendo sufragadas con la “limosna” de bienhechores, gremios, hermandades y   vecinos. Un ejemplo lo tenemos en la ermita de San Marcos, construida por los vecinos de Serón por devoción a San Marcos, protector  de las tormentas  y de las  cosechas. Durante una época, la ermita estuvo acompañada de una cruz blanca como la atestigua una fotografía de Gustavo  Gillman[1] del año 1893.

En  la comarca del Almanzora, la mayor parte de las cruces se realizaron  con mármol blanco de Macael. Sobre los pedestales se realizaban inscripciones  o epigrafías relativas al acontecimiento que se quería resaltar, indicando la personalidad del que había mandado hacerla. Muchas de estas cruces se hicieron y grabaron en  la cantera de la familia Tiseras, vecinos de Macael.  Familia donde tanto Diego Tiseras como  posteriormente su hijo Juan, llegaron a ser muy conocidos en el arte de labrar el mármol, siendo unos excelentes embajadores de su tierra.

Pedestal en el Cementerio

Cruz en San Marcos en 1893


Como se puede observar, el pedestal del cementerio  no es el mismo que el de la cruz de San Marcos.

Serón termina de construir la  Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación hacia  1632, siendo Vicario del Partido de Serón el doctor Tomás Marín de Arriola[2]. En febrero de 1633,  el Obispado de Almería autoriza su bendición y seguramente, para celebrar tal acontecimiento es por lo que Tomás Marín encarga una cruz de mármol con pedestal a Diego Tiseras.  En el contrato, además de indicar las medidas y forma de la Cruz, se especifica que el texto que debe aparecer en el pedestal se grabará con letras góticas gruesas[3]
Según mi opinión, el texto tuvo que ser similar al que aparece  labrado sobre el pedestal que soporta una cruz que se encuentra, actualmente, frente a la Ermita de Nuestra Señora del Socorro de Tíjola.  El pedestal, un bloque de mármol de 44 por 42 centímetros y de una altura aproximada de 110, tiene una inscripción, en su cara principal, que data de 1634 y está formada por letras mayúsculas de una altura aproximada de 3.2 centímetros.  Aunque han sido borradas dos líneas,  la leyenda original era:

 “ESTA CRUZ MANDO/ HACER EL DOCTOR/ THOMAS MARIN DE/ ARRIOLA NATURAL/ DE TIJOLA  COMISARIO DEL SANTO OFICIO DE LA INQUI/ SICION BENEFICIA/DO Y VICARIO DE LA/ VILLA DE SERON/ CON LAS DEMAS DE / SU PARTIDO. / AÑO DE 1634.

Se refiere a una  cruz que el Vicario mandó hacer junto a otras, una para cada parroquia del Partido de Serón.
Tomás Marín obtuvo el título de “Comisario del Santo Oficio”, fechado en Granada, el 23 de septiembre de 1625. Además, Felipe III le dio facultades para fundar mayorazgos de sus bienes y dos capellanías en Tíjola. Su hermana Doña Melchora Marín de Arriola, poseyó uno de los mayorazgos fundados por él. Su sobrino, D. Manuel de Guevara y Marín, también gozó de otro mayorazgo[4].


Pedestal que se conserva en el Cementerio

En el centro de la parte nueva del Cementerio se encuentra un Pedestal de mármol de pequeñas dimensiones,  bloque de 30 por 30 centímetros con altura aproximada de 80. En su día tuvo que soportar una cruz de mármol. Sobre posibles ubicaciones anteriores de esta cruz no tengo constancia documental alguna. La inscripción, que data de 1668, recoge el nombre del vicario de Serón que hizo poner la cruz.

Un breve estudio epigráfico nos indica que el tipo de letra empleado en la inscripción es el monumental, de clara inspiración romana. Las letras son mayúsculas con altura aproximada de 3.5 centímetros. Aparecen enlaces, encajes y abreviaturas. El texto se distribuye a lo largo de nueve líneas presentando un gran desgaste, con total desaparición de una letra en la primera línea y mutilación de una “O” al final del segundo renglón. Para que mi lectura se entienda hay que tener en cuenta algunas observaciones gramaticales de la época. Por ejemplo, el uso de la “V” como “U” y la “I” a veces como “I” y otras veces como “Y”; el uso de letras “enlazadas” que resalto en el texto con el signo diacrítico “_”; el uso de letras sin posibilidad de lectura “+“; el uso de “abreviaturas resueltas” que indico con el signo  “(  )” y el salto de línea con “/”.


Inscripción: “EL B+MEL / CHOR AZ+ / RERO DE TA / LAVERA BD / I VICARIO DE ESTA VILLA/ HIZO PONER/ ESTA CRVZ / AÑO DE 1668


Traducimos: “ EL B(achiller) MELCHOR AZORERO DE TALAVERA, B(eneficia)D(o) Y VICARIO DE ESTA VILLA, HIZO PONER ESTA CRUZ. AÑO DE 1668

Sobre la figura de  Melchor Azorero de Talavera no tengo referencia alguna. Sólo he encontrado, por aquellas fechas,  a un posible familiar, Fray Melchor Rojo Azorero de Talavera que nació en Vélez-Rubio y falleció en 1693, siendo sepultado en la capilla de la Virgen de la Soledad de la parroquia de Laujar de Andarax.
Florencio Castaño 



[1] Grima, J. y Gillman Mellado, J.R.  (2012) “El legado fotográfico de Gustavo Gillman", Arraez Editores.
[2] Gil Albarracín,  A. (1995) “El templo parroquial de Serón en los territorios almerienses del marqués de Villena”.
[3] Gil Albarracín,  A.:…“Tomás Marín, comisario del Santo Oficio de la Inquisición, beneficiado y vicario de Serón, firmó el 14 de marzo del 1633 ante el escribano Juan Bautista, un contrato con Diego Tijeras, vecino de Macael, para que labrara una cruz de mármol con pedestal”.  
[4] Genealogías manchegas por Ramón José Maldonado y Cocat.



martes, 5 de febrero de 2013


Sobre una inscripción del siglo XVII 
La fuerte religiosidad popular durante el siglo XVII  llevó a erigir   cruces a la entrada de los pueblos o frente a ermitas. En algunas ocasiones estas cruces formaban parte de un Vía Crucis.  La inscripción que analizo aquí es un ejemplo de cruz que, por el pedestal que la soportó, tuvo que ser el final de un Vía Sacra.  Corresponde a la Expiración de Jesús, es decir, la duodécima estación y última de un Vía Crucis. Se sabe que en esas fechas, eran doce el número de estaciones y no fue hasta 1731 cuando el Papa Clemente XII  las fijó en catorce.  


Estación 12 de un  Vía Crucis: La Expiración


Posible forma que tendría la  Cruz 
La inscripción, que data de 1685,  formaría parte de un bloque de piedra de 43 por 43 centímetros y de altura 100.  El texto, escrito en caracteres de la letra carolina minúscula y letra romana  mayúscula, está distribuido a lo largo de dieciséis líneas donde aparecen abreviaturas, letras enlazadas y encajadas. También se observa  que el cantero que graba la piedra no hace bien los cálculos de espacio  y debe completar, con letras superpuestas, algunas palabras.   


Según la inscripción, fueron los hermanos del Santo Cristo de la Vía Sacra los promotores de una ermita y los que erigieron el Vía Crucis con la limosna de bienhechores.  El hermano Mayor era Gaspar de Ignacio y el escribano, Bernabé Palomares. La cofradía era la encargada de organizar el vía crucis y también de recorrerlo todos los viernes del año, incluyendo, por supuesto, el Viernes Santo. Su fin esencial era la propagación de la práctica del vía crucis.


La inscripción en una tabla de 75 por 18 centímetros



Mi traducción es:

“Para honra y gloria  de Dios, Nuestro Señor,  y su Bendita Madre, hicieron esta Santa ermita los hermanos del  Santo Cristo de la Vía Sacra, con la limosna de los bienhechores, siendo hermano Mayor Gaspar de Ignacio y escribano Bernabé Palomares, Año de 1685”.

















Manuel Iglesias Rubio, un seronense en la recuperación del monte Gurugú (1921)

El mes de agosto solía pasarlo con mis abuelos maternos en Los Gobernadores (Los Donatos). No recuerdo qué edad tendría cuando escuché que mi abuelo Manuel había estado en Melilla, en 1921, luchando por defender el Protectorado español en Marruecos.
Cuando empecé a ser consciente de lo que ello suponía, le preguntaba y animaba para que me contara detalles y experiencias vividas. 
Tengo que decir que era muy difícil sacarle palabra alguna. No obstante, algunos nombres y comentarios he mantenido en mi memoria a lo largo del tiempo. Me hablaba del Monte Gurugú, del general Berenguer, del hedor insoportable que desprendían los cuerpos de soldados españoles muertos en Monte Arruit, de los piojos que le acompañaban siempre, de la perdida de su acordeón, de la lesión de su rodilla por efectos de una granada, de los silbidos de las balas por su cabeza, de la muerte de compañeros.
Lo que más le gustaba repetir era el comentario que le escuchó decir a una mujer melillense cuando bajaba del barco a su llegada al puerto de Melilla: “Muchacho, tú aunque estés una semana sin comer no te pasa nada”, sin duda  se refería al aspecto de cara redonda y rellena que tenía.
Manuel Iglesias Rubio en 1921 con el típico gorro cuartelero de azul turquesa.  Guerrera de cuello vuelto con la cifra (15) del Regimiento en el interior, zapatos de color avellana, lo mismo que el cinturón que ciñe una espada. También en la chapa del cinturón aparece el número 15.
Ha pasado mucho tiempo y ahora, después de caer en mis manos una foto suya, realizada en Algeciras (Cádiz), me he decidido a reconstruir los pasos de mi abuelo Manuel en Marruecos.

Empezaré diciendo que, a principios del siglo XX, la Conferencia de Algeciras encargó a Francia y España el protectorado de Marruecos. A los españoles les tocó pacificar la zona del Rif, una misión que resultó bastante complicada porque las cabilas rifeñas, lideradas por Abd el-Krim, plantaron cara a unos soldados españoles que eran, en su mayoría, reclutas forzosos, no tenían apenas formación, estaban mal alimentados, mal armados y soportando temperaturas extremas. Se produjeron encarnizados combates, sufriendo, el ejercito español, distintas derrotas que culminarían  con el desastre de Annual y Monte Arruit en julio de 1921. Esta derrota obligó al  repliegue  de las tropas a Melilla, perdiendo el control estratégico del monte Gurugú, desde dónde las tropas rifeñas bombardeaban permanentemente Melilla. El Monte Gurugú (890 m.) es el punto más elevado de la península de Tres Forcas, en la costa norte de Marruecos y dónde se halla la ciudad autónoma de Melilla.

A primeros de agosto llega de la Península un refuerzo de 25.000 hombres, entre ellos mi abuelo Manuel. Había que tratar de reconquistar las zonas perdidas y para ello el gobierno español aprobó un plan estratégico conocido como el plan del general Berenguer (Alto Comisario español en el protectorado).  El primer objetivo fue la recuperación del Gurugú, hecho que se produjo el 10 de octubre de 1921. Con el éxito rotundo del Desembarco de Alhucemas en 1925, el ejército español consiguió pacificar la zona y restituir la autoridad española en el Protectorado.

Mi abuelo Manuel en Melilla

Manuel Iglesias Rubio nace el 14 de julio de 1899, en Serón (Almería), concretamente en la cortijada de Los Gobernadores perteneciente a las barriada de Los Donatos. Fue el mayor de ocho hermanos y sus padres fueron: Francisco Iglesias Rubio, conocido como Frasquito "Gobernaor" y Virtudes Rubio. Toda su vida la pasó en Los Gobernadores salvo sus dos salidas de soldado: una durante su periodo militar en los años 1920-21-22, estando en Algeciras y Melilla y la otra en Almería, por ser llamado a filas en los últimos meses de la guerra civil española. Recuerdo haberle oído decir que cuando   se supo del final de la guerra, se produjo tal desconcierto en el campamento de Viator (Almería) que decidió, junto a su hermano José, regresar a Serón. Lo hicieron andando y atravesando la sierra de Los Filabres. Se casó con Remedios Membrive Martínez y tuvieron ocho hijos que aún viven: Virtudes, María, José, Remedios, Manuel, Encarnación, Ángeles y Rafael. Fallece a los 83 años de edad en Los Gobernadores y está enterrado en el cementerio de Serón.

La familia Iglesias-Membrive sobre 1950


Al abuelo Manuel lo hicieron soldado a los veinte años, porque tenía veinte años; lo destinaron al regimiento de infantería “Extremadura” número 15, con base en Algeciras y de allí a Melilla a luchar para defender el Protectorado español en Marruecos. Llegó a Melilla el 9 de agosto de 1921, en el vapor “Marqués del Campo”. La misión de su regimiento fue la de proteger convoyes a la posición de Tizza y Sidi Amarán. El 10 de octubre de 1921 asiste a la ocupación del Gurugú. El 14 intervino en la ocupación de Zeluán y el 24 en la ocupación de Monte Arruit. Al llegar vieron un escenario dantesco. Los cadáveres de soldados españoles se encontraban desperdigados por toda la posición y en su mayor parte se encontraban tremendamente mutilados. El hedor era insoportable por el estado de descomposición de cuerpos insepultos. Su misión: recoger los cuerpos. Casi todos los muertos descansan en el cementerio de Melilla.



Regresa a la península el 10 de mayo de 1922. En el barco tira su guerrera de piojos al mar y por ello es castigado.

Como describe Arturo Barea en la “Forja de un rebelde”, los soldados españoles en África se hacían la misma pregunta: ¿Qué hacemos aquí? No podían entender por qué los habían mandado a civilizar a una gente que no quería ser civilizada. "¿Civilizarlos? Nosotros que casi no sabemos leer ni escribir, nuestros pueblos no tienen escuelas, dormimos con la ropa puesta, en un camastro, al lado de las mulas, para estar calientes y nos vamos a trabajar  los campos de sol a sol". 


Florencio  Castaño Iglesias






Inscripción del siglo XVII en Baza 
En la calle Corredera de Baza se encuentra un pedestal que en su día soportó una cruz de mármol con una inscripción que data de 1630. Se trata de un bloque de mármol de 42 por 41.5 centímetros y de una altura que se aproxima a los 100. La estructura de este epígrafe jacobiano en el que se le pide al Apóstol protección, se puede dividir en dos partes diferenciadas: una cara principal en castellano, salvo la palabra “SANCTA” y otra cara en latín con una Cruz de Santiago de dimensiones 35 por 20 centímetros, labrada en el centro .

El texto de la cara principal se distribuye a lo largo de ocho líneas. Las tres primeras se han perdido parcialmente aunque su lectura se puede reconstruir. El tipo de letra empleado en la inscripción es el monumental de clara inspiración romana. 


Pedestal en la calle Corredera de Baza
En la cara principal el texto que transcribimos es: 

“ESTA SANC / TA CRVZ  / HICIEROИ / DE LIMOSИAS / LOS VEÇINOS  / DEL SEÑOR SA/ §TIAGO§ /AÑO. I630”


Y traducimos: “ESTA SANTA CRUZ HICIERON DE LIMOSNAS LOS VECINOS DEL SEÑOR SANTIAGO. AÑO DE 1630”

Al comienzo de la línea seis se aprecian letras enlazadas (DEL) y una abreviatura que se encuentra al final (SAN) que corresponde a la palabra SANCTE. 

La línea siete se dedica a resaltar el nombre de TIAGO entre un signo separador habitual en los siglos XVI y XVII. Finalmente se puede ver un interpunción al finalizar la palabra AÑO.

En cuanto a la tipología de las letras, la V aparece en la palabra CRVZ en lugar de U. Hay un uso diferenciado en el caso de la letra N, por ejemplo en las palabras VECINOS y LIMOSИAS.


Cara secundaria
Dibujo de la "cara secundaria" reconstruida

En la cara secundaria y entre las inscripciones “S. IACOBE // ORA PRO NOBIS” aparece una cruz en forma de espada y puño de flor de lis, la Cruz de Santiago. La abreviatura S. corresponde a SANCTE.   En castellano traducimos: “ SANTIAGO, REZA POR NOSOTROS”.



Esta cruz fue mandada hacer por vecinos de Baza por devoción al Apóstol Santiago, seguramente por la Cofradía del Señor Santiago. Se puede pensar que la zona  dónde vivían estas personas fue el germen del actual barrio de Santiago.


 Florencio Castaño